Simplemente se apagó, se apagó esa llama que antes ardía dentro de ti, esa llama que te quemaba el interior cada vez que él se acercaba, esa llama que te dejaba sin respiración con tan solo un roce suyo.
Nadie es dueño de sus sentimientos, dicen que si te mientes constantemente a ti mismo te acabas creyendo tus propias mentiras, habrá gente que lo compruebe, yo no seré una de ellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario