Coge algunas hojas, las mira, ojalá fuera una de ellas ahora mismo, se le viene a la mente una canción, una sevillana, una bonita sevillana.
''Fui para ti, como la flor que adornó tu jardin, que se marchitó. Porque el calor que me dabas, era sobras de otro amor''
Se levanta, empieza a caminar, no quiere mirar atrás, no quiere tropezar con mas piedras de las cuales cuesta tanto levantarse después, mira al frente decidida. Una lagrima se le desliza por la mejilla, rápida se la seca, como si no quisiera que la viera nadie, aunque nadie pudiera. ''Nadie se merece mis lagrimas, y quien se las merezca, nunca me verá llorar'', pensó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario