Decidí tirar el reloj por la ventana y hacer que el tiempo volara.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

¿De qué sirve lamentarse?

Te echo de menos. 
Quizás no de manera física, pero extraño tu olor y tu voz. Bueno tampoco vamos a engañarnos, echo de menos que me cojas, me molestes o me hagas reir con cosquillas. 
¿En que pienso? en nada.. pero no puedo negar que no piense, sobre todo en ti. No puedo negar que no recuerde como me cogías de la cintura y me atraias hacia ti.
Quizás solo sea temporal, aunque si nos paramos a pensar todo es temporal porque, todo tiene un final.
Y yo Odio los finales, de hecho nunca dejo que una canción termine del todo.
Nunca quise que acabara.


martes, 21 de diciembre de 2010

Ssimplemente ser Féliz

Una vez le preguntaron a un fotógrafo de guerra, por que había elegido esa profesión, el contestó que si puediese contar con palabras todo lo que veía, no necesitaría cargar todo el día con la camara de fotos. Que ciertos momentos de belleza, de desolación, de horror y de heroísmo, estaban más alla de las palabras.
Yo tambien lo creo, hay cosasa que no podemos explicar con simples palabras, cosas como seguir vivos, sentimientos como el amor y el compromiso, o sensaciones como volver a abrazar a un amigo. Quizas por eso nuestra vida se compone de imágenes, momentos congelados en el tiempo para siempre, de decisiones que cambian sin remedio el rumbo de las cosas, de fotografias fijas guardadas en la memoria, que nos recuerdan cada segundo lo hermoso que es vivir.

¿Por qué te enamoraste de mi?


+ Voy a estar contigo, ¿sabes?, por que no sé cuando me enamoré de ti, ni cuanto, por que no hay metros cúbicos ni litros para medir todo eso. Pero si sé por qué.
Por que cuando andas con catarros hueles a bixbaporus, y por que tienes un hueco aquí, entre el hombro y el pecho, y cuando pongo la cabeza me siento en casa, y por que todas las fotos que tengo tuyas, sales siempre sonriendo, en todas.
Y tu, ¿Por qué te enamoraste de mi?                                                                                      

- Yo no escogí enamorarme de ti, pero la primera vez que te besé, nuestros dientes se rozaron por una milesima de segundo, y fue increible. Y la hora exacta de ese beso, eran las doce y diez, y quite la pila del reloj para que se quedase la ora detenida para siempre, parada. El minuto exacto en el que me besaste, esta metido en un reloj, para siempre. Y ya nunca sé que hora es, pero me da igual. Y desde entonces miro constantemente el reloj.